Protecciones para motoristas
Cada motero o piloto de motos, con el paso del tiempo se entrega a una marca concreta o un rango de precios de prendas de protección para conducir nuestras motos.
No hay que confundir las ahora denominadas «protecciones de moto» con las «protecciones de motorista», las primeras atañen a la moto, protecciones como defensas para circular por el campo, o sistemas anticaída anclados al chasis para evitar dañar en exceso la carrocería en caso de arrastrón.
En este artículo vamos a hablar de las protecciones del motorista, es decir, las del piloto, así como su caducidad para saber cuándo debes cambiarte ese casco viejo.
Elementos de protecciones para motoristas
Índice
Existen elementos de protección para circular en moto que se adaptan a prácticamente cualquier parte del cuerpo.
Esto es debido a que en una moto circulamos con el cuerpo como parte de la dinámica del comportamiento de la moto, y en caso de impacto cualquier parte puede lesionarse.
Hay que ser siempre consciente de que al ciruclar en moto no vamos dentro de un caparazón, y por tanto, ante una colisión o caída, nos enfrentaremos a superficies duras, como el asfalto o el metal y los plásticos duros y cortantes de otros vehículos.
Así que tendremos que ir comenzando por las protecciones más importantes y que son incluso obligadas por el código de circulación como el uso del casco, y los guantes, los cuales deben ser homologados en cuanto a ofrecer una mínima protección.
Si embargo, y como pilotos de moto, aunque sea para circular en ciudad, no deberemos dejarnos únicamente en manos de lo que exige la ley, y por nuestro propio bien deberíamos contar con otros elementos de protección, tales como las gafas, la braga, la chaqueta, las espalderas o tortugas, los pantalones y las botas, y si lo hacemos por campo el collarín cervical, amén del chubasquero en caso de necesidad y lluvia.
Tipos de protección dentro de un mismo elemento
Una vez definidos los elementos de protección que se corresponden a cada parte del cuerpo, tendremos los diferentes tipos de protección adaptados a cada medio por el que podemos circular, ya que no es lo mismo circular a baja velocidad en terrenos arenosos, por ejemplo en off road, que hacerlo a gran velocidad en un circuito, en ciudad, o en carretera abierta.
Cada práctica concreta estará más o menos expuesta a un tipo de accidente o caída, y por tanto tendrá un tipo de protecciones mejor adaptado que otros para cada elemento del cuerpo de forma que funcione mejor en caso de caída «típica» en ese determinado ambiente o tipo de pista.
Esa combinación de elementos será lo que de aquí en adelante llamaremos «equipación».
Equipación de motorista
Dentro de la equipación de moto o motorista, podremos tener como mínimo dos bien diferenciados que atañen a las estaciones climáticas, en especial a las dos más extremas, una equipación para el frío y otra para el calor.
Esto es lo que también se denomina, equipación de invierno y equipación de verano.
Así que en invierno, las prendas serán más gruesas, más estancas e incluirán más capas de materiales térmicos para evitar que nos congelemos al circular.
En verano será justo al contrario, se reducirán las capas hasta dos o una, se ofrecerán tejidos con ventilación, sistemas de cremallera que podamos abrir para favorecer la circulación de aire por dentro de la prenda.
Si bien la estacionalidad de las protecciones que usemos debería ser algo que no nos provocase una reducción en la calidad y cantidad de nuestras protecciones.
Es decir, que si bien es fácil esgrimir que en verano las posibilidades de sufrir un percance son inferiores debido a que el asfalto tiene más agarre no deberíamos de dejar de usar botas aunque sean de media caña, ni pantalones ni chaqueta.
Tan sólo hay que pensar que la seguridad más alta que podemos percibir en verano es irreal, y que es así hasta que por ejemplo el asfalto deja de tener ese buen agarre, bien por una lluvia repentina o porque otro vehículo dejó algunas indeseables gotas de aceite justo en el punto que sin siquiera verlas, frenamos, aceleramos o justo comenzamos a inclinar.
Cuestiones que determinan los tipos de protecciones
Los diferentes puntos que definen el tipo de protección de moto, comenzarán por cual es el tipo de moto que tenemos, siguiendo por el tipo de pista que solemos circular, así como la estación climática en la que te encuentras.
Así que podremos definir y decidir sobre una equipación u otra si la equipación la vamos a utilizar en entorno urbano, en carretera abierta, en tandas de circuito o incluso off-road, decidirán que tipo de protección se adaptará más a nuestras necesidades.
En este punto deberíamos de huir de lo que sería definir la equipación por elementos puramente estéticos.
Me refiero a que con motos del estilo «custom» se suele ir con casco jet y muchas veces con chalecos sin mangas, para así conseguir una estética «macarra», más apropiada para películas que para garantizar la seguridad de nuestra piel y nuestra dentadura en caso de caída.
Un arrastrón con esa equipación que yo definiría como artística y no quieras saber tú lo que duele la piel quemada, semanas.
Y eso mientras no impacte tu cabeza protegida solo parcialmente por un casco jet mal cordado con un retrovisor o un adoquín, por no hablar de guardarraíles.
Una vez abandonamos la elección estética, y dentro de la decisión por tipo de conducción, tendremos que elegir tanto la marca de la protección como el modelo concreto. Esto será tanto para el casco como la chaqueta y el resto de la equipación.
Me refiero a si es trail, una deportiva, una naked, o una custom o scooter u otro tipo cualquier de moto.
Una buena elección es igual a una mayor seguridad
Gracias a nuestra elección sobre que casco o chaqueta, pantalones y guantes son más seguro para nuestras condiciones habituales de conducción, nos proporcionarán una mayor sensación de seguridad en la conducción.
Sentirnos seguros es el primer paso para conducir de forma más segura.
Para decidir sobre un modelo u otro lo mejor sería dejarnos guiar por un especialista, pero claro, dependiendo del tipo de tienda y dependiente que nos encontremos, o si lo hacemos mediante tiendas online, podría darse que esto no fuese suficiente así que tendremos que tirar de conocimiento a través de búsquedas en la red.
Claro que para alguna de las prendas, como el casco, si que existe una clasificación que nos puede ayudar en la elección , se trata de test de impactos que definen de una forma fácil y entendible el grado de protección que nos brinda.
Puedes consultar nuestro artículo sobre test de impacto de cascos.
Cascos inseguros homologados
Tan sólo un par de datos deberían ser suficientes para que te tomes tu propia protección en serio, en especial el tipo de casco que utilices.
El primero es que un impacto con la cabeza en el suelo sin casco a más de 30 Km/h provocaría la muerte en el 98% de las situaciones.
El segundo es que el mismo impacto sin casco pero sólo a 17 Km/h de velocidad, no morirías pero las consecuencias de un impacto serán muy graves.
Yendo algo más allá y pensando que esos datos son sin casco yo de ti descartaría de raíz y por completo el uso de un casco del tipo jet, pues aunque te proteja la parte trasera de la cabeza no te protege la delantera.
Inclusive los prohibiría, hasto para llevarlo en un scooter, ya que al caer, o al chocar contra otro vehículo o el mobiliario urbano muchas veces se producen múltiples impactos.
Un casco jet, debido a su falta de capacidad «envoltoria» puede ocasionar que lo perdamos si volamos algunos metros por el aire, quedándonos mucho más expuestos en el segundo impacto.
Con lo modulares, pues también, aunque en menor medida, la presencia de partes móviles debilita quieras o no la estructura del conjunto, quizá no tanto en el primer impacto, aunque también. Será en los subsecuentes impactos, por el ejemplo al rodar por el suelo y darse varias veces con el casco contra el asfalto a cada vuelta cuando su estructura pueda partirse más facilmente.
Incluso te diría que me parece que jamás vi a un piloto de competición en pleno verano, en las calurosas tierras de Tailandia con el mercurio cercano a los 45 grados correr con un casco modular… si ellos no lo hacen será por algún motivo. Y recuerda que un accidente, aunque no se busque, aunque no se vaya al límite puede llegar cuando uno menos se lo espera.
La caducidad de las protecciones en cascos
Casi todos sabemos que los cascos caducan, y más aquellos que son de cascos plástico, cascos de baja calidad que habitualmente los fabricantes disfrazan bajo los pomposos nombres de «termosplásticos», «compuesto por poliamidas», «polímeros de alta resistencia» o «policarbonatos de alta resistencia» para ocultar de alguna forma su origen plástico, ya que estos se entienden como baratos.
Si bien, existen cascos de plástico que consiguen alzarse con una puntuación de 5 de 5 estrellas en los test de impacto de cascos como Sharp. Es importante destacar que en estos test la puntuación en estrellas no afecta el precio del mismo. Es decir no es una relación de precio/calidad. Un casco de plástico con una puntuación de 5 de 5 será tan resistente a impactos y por lo tanto seguro como un casco de fibra de vidrio con 5 estrellas. La diferencia entre un casco de plástico y uno de fibra con la misma puntuación en estos test radicará en la más pronta caducidad de esa capacidad de protección así como de su comodidad y sobre todo en el peso del mismo.
La caducidad más temprana de estos cascos de plástico comienza a los cinco años, esta caducidad se debe a que los materiales pierden parte de sus características resistivas y estructurales con el paso de los años, aguantando casi al 100% de su capacidad durante esos 5 primeros años para luego comenzar una etapa de degradación imparable. No importará nada que ese casco se halla usado poco o mucho, tienen caducidad y si usas uno de ellos deberías cambiarlos cada cinco años aunque luzcan como nuevos.
Los cascos de gamas más altas utilizan fibra de vidrio, tricomposite que es un compuesto a base de fibra de vidrio con fibra de carbono y aramida. Por últmo tenemos los que combinan fibra de carbono y aramida.
En cambio pensamos que los cascos de «alta gama» no caducan porque están construidos con fibras especiales. Esto no es cierto, si bien la fecha de caducidad de un casco de fibra de vidrio, carbono o el famoso «tri-composite» es mayor que la de un casco de plástico, ni tan siquiera la dobla. Son 8 años lo que tardará en caducar un casco de fibra de vidrio.
Entonces, llegada la fecha de caducidad de nuestro cascos, sea de plástico o de fibra, deberemos cambiar el casco sí o sí, nuestra cabeza se lo merece. Ahí es cuando quizá deberemos valorar la compra de una gama alta media o baja con conveniencia a nuestros bolsillo por encima del puro «marquismo». Es decir, siempre será más seguro cambiar un casco de plástico cada 5 años o un casco de fibra cada 8 años aunque este sea de gama media, en lugar de estirar un casco de fibra de gama más alta por encima de esos años porque nos costó una importante suma.
Veamos algunos números:
Un casco de fibra de alta gama de 800 euros. nos estará contando 800/8 años, unos 100 euros por año.
Un caso de dibra de gama media o media baja de 250 euros no estará costando 250/8 años, unos 32 euros por año.
Si optamos por la gama media, podremos tener un excelente casco durante 24 años que cambiaremos cada 8 años sin habernos gastado ni tan siquiera lo que vale un casco de las gamas más altas y lo que es más importante, si ambos cascos tienen una misma puntuación en los test de impactos iremos igual de bien protegidos.
La caducidad de las protecciones en chaquetas y pantalones de moto
Dependiendo del material o los materiales de tu chaqueta o pantalones de moto, la caducidad de la seguridad que te brindan los mismo vendrá dada por el material que caduque antes de todos los que componen la prenda.
Hoy en día son de mayor uso las chaquetas textiles de cordura que las de piel. Ambas protegen por un igual. Si bien la cordura suele «destruirse» al más mínimo impacto mientras que la piel puede aguantar más de un arrastrón.
Internamente estas prendas poseen tobilleras, rodilleras, coderas, y espalderas que protegen en caso de impacto, pues bien, la durabilidad del 100% de su efecto protector está tan sólo asegurada durante unos pocos años.
Por ejemplo, en algunas chaquetas de cordura que llevan Hilon Impact Protector en codos y hombros caduca a los tres años.
La caducidad de las protecciones en guantes de moto
De igual manera que existen caducidades para las protecciones de las chaquetas, las de los guantes también tienen una caducidad pues las mismas no dejan de utilizar algunos materiales también presentes en chaquetas y pantalones además de algunos propios
Por un lado tenemos los guantes de piel y por el otro lado los de otros materiales textiles.
Si bien en el resto de prendas recomiendo las que más se adapten al estilo de uno, donde por ejemplo una chaqueta de piel será más propia para ser equipada en un piloto de una moto naked o R y una de cordura para un usuario de motos trail. En cuanto a guantes recomiendo siempre que estos sean de piel, su tacto es para mi, que he probado infinidad de guantes de todos los materiales, gamas y precios. Con la piel obtendrás un tacto netamente superior al que te ofrecen otros compuestos.
Además de los tejidos habituales los guantes pueden incorporar otras protecciones de otros materiales como los poliuretano termoplásticos o TPU tanto en los nudillos como en mitad de las falanges de los dedos.
Otro de los materiales que suelen equipar los guantes de alta gama son el Tryonic del que suelen colocar en el extremo del cúbito situado en la muñeca ya que suele ser la primera parte de nuestras manos en llevarse el primer impacto contra el asfalto en caso de caída.
La caducidad tras un impacto en cascos
Otra regla que todos conocemos es la de que una vez sufrimos un accidente, es conveniente cambiar toda la equipación afectada, especialmente el casco.
Empezando por el casco, a poco que nos golpeemos con el suelo este puede presentar roturas internas en sus componentes de fibra que no sean apreciables desde el exterior por lo que el consejo es cambiarlo cuanto antes. Inclusive si el impacto al que es sometido el casco no es propiciado por un accidente sino por una simple caída del casco contra el suelo desde una estantería, este puede romperse, la distancia de caída máxima al suelo desde una posición alta que puede soportar un casco es de como mucho 1,70m. Si se nos cae desde una distancia mayor, no te la jueges y piensa en cambiar tu casco cuanto antes.
La protección que el casco nos ofrece es dada fundamentalmente por la parte interna, la calota interior, fabricada en poliestireno, aunque quizá te suene más el nombre porexpan. La parte externa se denomina calota exterior y aunque también soporta parte del impacto es la interior la que absorberá la mayor cantidad de energía en un impacto y la que será la encargada de distribuir dicha energía a través del casco.
La calota interna tiene adherida un alcochado o acabado interior para aumentar la comodidad de uso.
Algunos, cuanto esto sucede con cascos de alta gama que superan los 500 euros de coste, intentan salvarlos, inspeccionándolos para ver si existen fisuras externas o evidencias de roturas. Para ello recurren a diferentes métodos, el más sencillo aunque poco eficaz consiste en ir dando golpecitos con algo metálico, como una bola metálica de un rodamiento, por todo el área del casco con la oreja pegada en en su exterior y posteriormente con el casco puesto buscando diferencias en el sonido que recibimos que nos puedan delatar que ahí dentro hay algo roto.
Otro método más eficaz pero más complejo es conseguir que te hagan cuatro o cinco radiografías del casco en diferentes posiciones, frontal, lateral izquierda, lateral derecha, posterior y área. Estas radiografías se deben hacer sin la cabeza dentro en él, con este método podremos observar si existen grietas en su estructura interna.
En el resto de cascos, como los cascos de plástico de poliamidas lo mejor es reemplazarlo cuanto antes.
Respecto a la caducidad de pantalones y chaquetas estaremos en una situación muy similar si bien puede resultar más fácil descubrir las roturas y rasgados causados por el contacto con el suelo.
La caducidad tras un impacto en chaquetas y pantalones
Las chaquetas y pantalones de piel suelen durar más de un arrastre, a diferencia de la cordura que al primer arrastrón quedarán prácticamente inservibles.
En cuanto a las protecciones internas estas probablemente se encontrarán en mal estado, deformadas por la temperatura generada en el arrastre o el propio impacto y por ello será conveniente reemplazarlas.
Así con las chaquetas y pantalones si no presentan rozaduras ni roturas podremos extender su vida cambiando únicamente las protecciones dañadas.