Prueba Harley-Davidson Sportster S

Probamos la Harley-Davidson Sportster S de 2024 durante un buen puñado de horas y te contamos las sensaciones que nos ha transmitido esta icónica moto, y que ya te adelanto han sido muy buenas, aunque lejos de ser perfectas, es el camino correcto, a mi modo de ver, que debería tomar Harley Davidson en el resto de gama de sus productos.

Es una compleja decisión, desde luego, es exponerse a ser uno más, perdiendo mucho o todo de su identidad, pero con la ecología y la sostenibilidad, esto así no se aguanta, además existen formas intermedias de llegar a ello, y productos como la Sportster S desde luego lo consiguen.

Yo mismo, usuario de naked y trails japonesas principalmente e italianas, hoy sí que me compraría esta Harley, antes, ni me las miraba.

Motor y prestaciones de la Sportster S

El motor, que tiene nombre propio y todo, Revolution Max 1250T, me resultó excelente, aunque redondo sólo en el modo de motor S, donde tira desde abajo y hasta los 8000 rpm que encontraremos la roza roja, su par es descomunal, de ahí la T de «torque» en su denominación, y su potencia también.

Si aguantas el gas enroscado hasta su tope en segunda o tercera durante más de tres segundos continuados, su motor te catapultará hacia adelante, sin wheelies sin sensación de pérdida de control, sólo sentirás una sacudida en forma de aceleración contínua que acabarás cortando de forma abrupta antes de entrar en el ciberespacio o de comerte el siguiente guardaraíles de aquella curva a 20 metros, que digo 20, a escasos 5 metros antes de poder parpadear porque esto vuela.

Llegada la curva, relajas gas, inclinas levemente a la entrada de la curva retorciendo ese gordo dónut delantero, ahí está, lo comienzas a notar, pesado, incluso lo ves, guiñándote el ojo y diciéndote algo así como… ya está, tumbado, a que no te lo esperabas, pues no! la verdad es que ni esperaba ese punch, ni este paso por curva, tu mismo te dices… venga chaval, que la siguiente curva está algo más lejos, quizá a unos 30 metros, ahora vamos a hacer lo mismo en tercera, y la moto te reta con un estírame más, y de nuevo sales empujado hacia adelante como si alguien tirase de ti y ves en su display fuzgamente como pasas de esos 60 con los que salías de la anterior curva y cómo de golpe se asoman los 100 y pico en escasos metros recorrido, vuelves a frenar, ahora ignorando la esponjosidad de la palanca derecha y ves como el resultado y la sensación es bastante más deportiva de lo que te parecía haber sentido antes, o cuando te subiste a la Sporters S un cuarto de hora atrás, te estás aclimatando, ojo, no es una naked japo, pero se le acerca bastante, repites acción, puedes incluso a atreverte con cuarta si las curvas son de mayor radio y no tan cerradas, y ahí es cuando irremediablemente antes de entrar en curva la dejas caer su bicilíndrico por debajo de las 2.000 rpm y sin cambiar dibujas la curva, vamos a probar ahora sí, ese enorme par que dicen que tienes, abres gas, y sonríes, porque empuja sin apenas toser, es en ese momento donde parece un poco, sólo un poco, una Harley de las de antes, ojo, porque si abres a tope sin más la moto responde… ahí es donde te das cuenta de que ese carácter gamberro que le presupones a esta moto muscle bike, está ahí, y eso mola, y como mola.

En los modos lluvia y carretera, a este 1250 lo encontré bastante más perezoso en salida, donde hay que girar demasiado el puño del gas para evitar que se cale, aunque esto es algo que al rato logras olvidarte, eso sí, retorciendo el gas o no soltando tan rápido el embrague. No es un fallo, es su funcionalidad, evitar que patines ante terrenos resbaladizos.

Sus dos cilindros en V a 60 grados de separación son dos cilindros enormes de 625 cc cada uno, que suman esos 1250 cc totales y que son capaces de entregar la impresionante cifra de 122 cv, una potencia que entrega de forma muy imperiosa pues son 127 Nm a 6.000, un conjunto par potencia que te catapulta hacia adelante sin contemplaciones en cuanto superas las 3.000 rpm, aunque eso sólo es si tú quieres, si enroscas fuerte y siempre hasta cuando aflojas el gas, es dócil, es fácil, además cuando dejas de apretar, el motor no decaerá en exceso como para no recuperarse rápidamente si así lo necesitas, como sí que sucede con otros tipos de motor, aquí el par, está siempre de tu lado.

Este motor, es el mismo que monta la nueva y debatida trail de la casa, la Pan American, aunque en esa otra montura es capaz de llegar hasta los 155 cv.

El motor evoluciona favorablemente

Parece que los americanos aprenden, y por fin se atreven con nuevos productos más acordes con los tiempos que corren, y es que probablemente su masa típica de clientes ya se va haciendo mayor y con la edad falta la fuerza y bajan las ganas, total que comienzan a deshacerse de sus viejas y pesadísimas monturas, o como mínimo no serán tantos los que compren una nueva Harley como antaño.

Mover más 250 kg en parado, para sacarla del parking tras el coche, para poner gasolina, aunque sea para dejarla mejor aparcada, sacarla en una bajada, créeme no es lo suyo, esta al menos pesa un poquito menos, 227 Kg.

Probablemente en Harley en sus concesionarios hoy reparan y revisan más que venden.

Las lógicas restricciones ambientales, los costes del carburante, hacen que el total sinsentido del que hacían gala los productos de Harley Davidson, al menos en una Europa tan restrictiva y preocupada por el cambio climático y esas cosas, parece que han hecho mella en los números de la casa, y tímidamente comiencen a idear y ofrecer productos más acordes con la actualidad.

Aunque esta Sportster S sea una Harley, poco o nada más que el nombre tiene que ver con su predecesora, su motor no parece tanto un motor de Harley, es musculoso, mucho, tiene un formidable par, es estéticamente bonito, con grandes cilindros y una combinación típica de la casa, pero los parecidos, créeme, acaban ahí.

No es un motor que vibre, tal y como acostumbra la casa de Milwaukee, obviamente es un motor en V de gran cilindrada y no se puede comparar a un tetracilíndrico japonés en cuanto a finura, su compás es mucho más lento y por ende más marcado y eso es algo que le da ese «pelín» de carácter HD que todavía conserva pero que en cuanto supera las 3.000 rpm pierde para convertirse en una auténtica muscle bike, más al estilo de una Ducati Diavel o similar, además lo hará con un sonido más redondo y sin acordes rotos que nada tiene que ver con lo que emanan por sus tubos el resto de HDs antiguas.

El sonido de la Sportster S

El sonido… bueno, pues ni Harley ni Sport, se queda un correcto vrooom vrooom con un escaso punto macarra, bonito sí, pero claro, el aspecto visual de la moto pide a gritos un rugido más de pelo en pecho, claro que esto no es nada que no podamos solucionar con un escape alternativo.

Entrando al detalle, y ya como gustos personales, a mí, que no suene a típica Harley es toda una primicia y alegría, y es que la Sportster S suena bastante bien, no es estridente ni suena en marcha, y es que las econormativas parecen querer acallar todo ruido a motor.

Como contrapunto a su estripe, claramente no tiene ese compás roto, ese acompasado sonido tan feo como identitario, secundado por ese otro típico sonido Harlista de ruido a varillas y ese constante anuncio de «que nos vamos a calar».

Todo eso que tan habitualmente encontramos en las HD, aquí se olvida, el motor, suena bien donde tiene que sonar, siendo quisquilloso notas que por debajo de las 3.000 rpm no se comporta ni suena redondo, por ahí es donde sí, alguna varilla se escucha, pero desde luego sus explosiones son más creíbles sin ser molestas, roncas, de moto gorda, pero más afinada y puesta al día que una vieja HD con sonido ruinoso y demasiado lustre en sus cromados.

En cuanto a la estética del escape de doble salida, muy al estilo flat-track, tan bonito como poco práctico, las salidas pues buen, están bien, sin ser una maravilla estética se ven cuidadas por el fabricante.

Desde luego con este nuevo motor Harley ha hecho un gran trabajo, o al menos yo lo considero así, pues ni vibraciones ni sonido ni la incordiante respuesta de los motores más antiguos del fabricante americano eran de mi más mínimo agrado, creo que eso lo he dejado más que claro.

Temperaturas del motor

En cuanto a temperaturas, no tan bien, y eso que todavía estamos en invierno, un invierno por eso, excepcionalmente cálido, parado en los semáforos de la ciudad, con el pie armado para insertar primera en cuanto el verde aflore, notas un desagradable chorro de aire caliente contra el tobillo izquierdo en cuanto el electroventilador comienza a girar,

Al otro lado, en la pierna derecha de rodilla a culo notarás el calor del motor y el escape, aunque no será tan fatal como el que sentía en mi tobillo izquierdo.

En alguno de esos semáforos me moví por los menús para ver la temperatura del bicilíndrico en V y dejarlo ahí, vigilándolo durante un rato, en ciudad la llegué a ver a 107 grados en un semáforo en un día que la temperatura ambiente oscilaba según el propio termómetro de la moto entre los 17 y los 20 grados.

En carretera de montaña, en bajada, la moto descendía a los 87 grados tras una subida fulgurante hasta la cima a golpe de gas en segunda y tercera velocidad.

Cambio y transmisión de la Sportster

El cambio de la Sportster S no es desde luego el mejor del mundo, sí que es superior al de otras motos de la casa, claro que la posición, tan adelantada del pie, requiere algo de adaptación y los primeros 10 o 15 minutos pueden ser un suplicio, sobre todo para alguien que como yo, viene de una naked donde la palanca de cambio está retrasada.

El embrague funciona muy bien, aunque precisaba hasta tres dedos de mi mano izquierda para accionarlo cuando en otras muchas motos con dos me basto. Por supuesto nada de Quickshifter aquí.

La transmisión es por correa y es muy suave, a excepción de cuando quitas gas del todo y vuelves a abrir gas, momento en el que la moto tiene una pequeña sacudidad.

La primera es muy larga y diferente a todo lo que he probado, es útil, más allá de salir de parado, sirve para circular a baja velocidad, en mi moto actual, sólo la uso para salir, a la nada inserto ya segunda y si me apuras hasta 135 Km/h no pongo la tercera, en esta Sportster S la primera la podrás usar cómodamente no parece que te persiga un lobo ahuyando, si no que te da juego y punch.

En carretera de curvas, al principio vas jugando con segunda y tercera para llevar el motor a punto, luego descubres que si vas atento no hace falta tirar tanto de segunda, puedes salir bien en tercera, e incluso en cuarta, ya que la moto aunque vibre algo más cuando baja de las 2.000 rpm, sube sin muchos miramientos.

La quinta y la sexta son largas, y sólo las utilicé en un pequeño tramo de autopista, donde la velocidad máxima legal fue más que suficiente, pues la exposición al aire que sientes al no llevar protección aerodinámica alguna no invita a ir mucho más rápido con ella, aunque el que así lo desee, pues nada, a tirar de fuerza de brazos y pecho o a montarle alguna pequeña cúpula que desvié parte del aire hacia arriba haciendo un torrente aerodinámico vertical, que a poco que sea una cúpula de 20-30 cm de alto, créeme que será una delicia el cambio que notarán aquellos asiduos a las vías rápidas.

Los frenos… justitos

Sobre si frena o no llevando un único disco delantero… pues sí y no, vamos a ver, ese enorme disco delantero de 320 mm frena, pero no todo lo que debería atendiendo a la fuerza inusitada que puede desplegar este motor, para mí se quedan cortos, vale que la pinza delantera es radial, vale que la bomba es brembo, pero la moto pesa, son 227 kg de serie y acelera de lo lindo, recuerda sus 127 Nm de par, así que sí o sí necesitaría algo más de mordiente.

El tacto de la maneta, la cual es totalmente regulable, tampoco es el mejor, resulta demasiado esponjosa y parece, solo me parece, que sus pinzas pierden algo de efectividad cuando abusas de él bajando un puerto de montaña, vuelvo a lo mismo son 227 kg, más mis 80 largos, lo que suman más de 300 Kg a deterner por un sólo disco.

Algo que me ha gustado de la bomba delantera, es que el freno delantero lo puedes accionar a un sólo dedo, lo cual para una moto deportiva me resulta indispensable, aunque esto no dejan de ser hábitos y manías de cada uno.

En cuanto al freno trasero, creo que tiene, y no porque no sea un habitual del trasero, pues lo soy, pero es que parece que no hace nada de las pocas ganas que tiene, y claro, vuelvo a lo mismo, si atrás no frena, y delante vamos justos, pues no se, algo descompensado está el conjunto si quieres ir al ritmo que te permite en una buena carretera de curvas.

Técnicamente monta ABS con función de adaptación a curvas, no tuve que tirar de ellos nunca dentro de curva, ni de forma urgente por lo que no fue intrusivo en ningún momento.

La amortiguación dura y los neumáticos, gordos

Sobre el conjunto dinámico, más allá de los frenos, tenemos la amortiguación y los neumáticos, lo primero es totalmente regulable, eso sí, a mano, a diferencia del modelo de trail de casa, la Pan America donde tienes una versión «special» con amortiguaciones electrónicas, aquí en la Sportster S no tienes esa opción.

La verdad es que la suspensión me sorprendió gratamente de serie, o tal y como me dejaron esta unidad de pruebas, que supongo que estaba by default porque su odómetro apenas rozaba los 2000 Km, realmente la encontré dura, al nivel de una naked deportiva, en pequeños baches le gusta saltar. Claro que, luego en autopista, circulando a 120 Km, y puntualmente 121 Km o algo más, por aquello del error del velocímetro, se asentaba de forma ejemplar. Circular a más velocidad con ella es posible, aunque legalmente no se puede, y tampoco es aconsejable por su nula protección aerodinámica, pero seguro que los 230 los alcanza.

Delante tenemos una horquilla invertida firmada por Showa con barras de 43 mm que copia muy bien el asfalto y digo yo que hace disimular el efecto del enorme donut delantero.

El basculante trasero es raro en su forma, dos tubos negros a cada lado, no me acaba de agradar a la vista, si bien confieso que el mismo trabajó de forma ejemplar durante toda la prueba, que circulé sólo, luego buceando por la ficha técnica uno ve que dicha amortiguación trasera tiene escaso recorrido, de 50 mm, por lo que deberemos ajustar la precarga y la compresión para poder circular a dúo si miedos a hacer tope, ya que cargar 70, 80 o 100 Kg sobre el eje trasero sin más, podría darnos algún que otro sustillo.

Por cierto, y hablando de circular a dúo, la moto viene con una única plaza y homologada para una persona, así que si quieres instalar el asiento del copiloto, pues bueno, tocará pasar por ITV antes de estrenarla, de lo contrario nos la jugamos si tenemos algún percance, ya que el seguro se agarrará a la homologación para no pagar en caso de siniestro.

Sea como sea, accesorio y homologación nos saldrá por no menos de 800 euros. Cabe recordar que tendremos, no sólo el asiento trasero, si no las estriberas, además de ser recomendado el reposa espalda que también hará las veces de asidero, porque de lo contrario podremos perder «el paquete» en una de esas aceleraciones descomunales que permite este dragster, digo, esta moto.

Llegamos a algo que para algunos puede resultar inquietante, estamos ante una moto que no sabes si va o viene, al menos eso será así si miras únicamente los neumáticos y es que el enorme balón delantero con medidas de 160 70 en llanta 17 supera al trasero de otras muchas motos de gran cilindrada.

Es un neumático, el delantero, que además tendrás siempre presente pues lo ves circulando, al menos yo, con mi 1,85 lo puedo contemplar mientras ruedo en mi posición natural ese enorme gomón, algo a lo que no estoy acostumbrado en otro tipo de motos. No es tanto por su anchura, que repito, es casi cómica, si no por lo adelantado de su dirección.

Es parte de la estética del conjunto y algo que la hace tan y tan musculosa y atractiva.

Desde un punto de vista práctico las sensaciones con él son mejor de lo esperadas, pero no al nivel de una moto deportiva donde un 120-130 mm es lo habitual, su radio de giro es mayor, pero también es una moto larga y por ende menos ágil, pero a fin de cuentas su resultado es más que satisfactorio, y no es realmente una moto para ir tan a fuego como una naked, de nuevo hay que tener en mente que es una Harley, una muscle bike, donde la exhibición y la estética debe estar por encima del comportamiento dinámico, así que en este aspecto, cumple con creces, la moto es deportiva, aunque sin destacar sobremanera en ello. Puedes circular muy rápido pero no te dará un exceso de confianza, que en ocasiones puede jugar en contra de tu integridad.

Un concepto más Harley y menos R, aunque realmente se acerque más a la R, que a la H.

Luego está el tema de pensar en el futuro, esa gran goma… ¿Cómo se comportará? cuando comience a desgastarse, no quiero pensar lo plano que se puede poner y lo difícil entonces que puede resultar girar en cuanto pierda unos milímetros de altura.

La trasera sin problemas, un 180 70 R 16 al uso con buen agarre y tracción, tal y como esperaba.

Sus llantas de 17 y 16 pulgadas, son en fundición de aluminio, en color negro mate, nada a destacar.

Maniobrando en parado y en baja velocidad

La maniobrabilidad es correcta, debido probablemente al peso de gravedad el cual se encuentra muy abajo lo que hace que pierda sensación de peso.

Aunque ese gran balón delantero, que ves mientras conduces, algo a lo que no estoy acostumbrado, dificulta un poco los giros a escasa velocidad y en parado, pero vaya, me lo esperaba mucho peor y creo que es cuestión de acostumbrarse, tras más de 100 Km ya casi ni me acordaba de su anchura.

Los retrovisores, pues en esa posición, se llevaron algún golpe con un taxi en mi incursión en la ciudad, ya de vuelta al concesionario, y es que le dan esos cuatro dedos de más anchura por cada lado.

Luego en el parking, la mueves bien, no noté esos casi 40 Kg de más que pesa sobre mi montura habitual.

La electrónica y los modos de condución

Es una moto keyless con llave de proximidad, aunque también se puede arrancar con código, algo de agradecer cuando viajas con esta montura, ya que el fabricante no te entrega un segundo juego de llaves de la moto.

Si las pierdes tras una noche loca o un momento de anodina torpeza u olvido, pues nada, tiras de la clave y la puedes arrancar.

Todo el aspecto electrónico, se controla desde sus piñas, con unos botones de calidad, bien distribuidos, vale que algo raro de tacto y ubicación tendremos el claxon y los intermitentes que parecen poco «responsivos», el resto fenomenal, o casi, porque les falta luz.

Sí, las piñas no están retroiluminadas, lo que te hará la vida imposible con condiciones de escasa luz.

Nuestra bonita Sportster swe diferencia de otras Harley que no tiene el intermitente en dos botones, ubicados uno a cada «mango» del manillar.

Dispone de un botón para activar unos puños calefactables que no lleva de serie, un botón desperdiciado, porque inocentes aquellos que crean que unos puños hacen algo, en invierno, incluso en un invierno mediterráneo que se caracteriza por su suavidad, los puños te calientan a lo sumo la parte interior de la palma, pero poco, el resto queda expuesto a la temperatura del aire, y es que unos buenos cubre puños son siempre una mejor solución, te lo digo desde la práctica acumulada en años. Los calefactables se sienten en parado, poco más, luego en marcha y transcurrida una hora de trayecto a 3-7 grados, lo que sientes es que no sientes. Así que un botón desperdiciado.

Tiene también un control de crucero, que no llegué a probar, me faltó tiempo, aunque lo intenté en una ocasión no lo vi claro, y como el tiempo me apremiaba decidí disfrutar del gas en el modo Sport que es una de las cosas que destaca en esta moto.

En cuanto a esos modos de conducción, vienen dados porque como es lógico, incorpora un acelerador ride by wire, en total son cinco modos, tres mapas preconfigurados más dos configurables, todos accesibles desde la piña derecha con un toque a secuencial a un botón propio y dedicado.

Lluvia, carretera y deportivo son los preconfigurados.

Al principio salí del concesionario con el modo lluvia, ya que esta moto cuenta con el doble de par que la que yo uso a diario, aunque tienen una potencia similar, pero uno es precavido de serie y mientras no conozco el tacto de un gas ni embrague mejor comenzar con lo mínimo, mala ida, se me caló al poco de afrontar una primera cuesta desde parado, conseguí sacarla a la segunda, paré en el primer semáforo, todavía con el modo lluvia, fue ir a salir, y se me volvió calar, el recorrido del gas se alarga en exceso con dicho modo, tanto que requiere unos minutos de adaptación, cosa que contrariamente a lo que se podría pensar inicialemente, a nadie le gusta calar o mentiroso es un rato, este comportamiento, este modo está bien, es su cometido, ser suave, se llama lluvia y ante una gran tromba de agua lo mejor siempre es parar hasta que escampe, pero si debes continuar, lo mejor es que la potencia llegue al suelo con extrema suavidad, y vaya si este modo lo consigue.

El modo «intermedio» o modo Road, es el que a priori deberías utilizar en el día a día, si bien, luego puede que en ciudad te decantes por el de lluvia, para así poder ahorrar combustible y estirar algo más la autonomía de la moto, que ya te digo que es insuficiente, al menos para mi, o si vas a hacer tráfico interurbano con curvas, o sales de ruta, te decidas por el Sport, que es donde más gamberra se muestra esta moto y que casa más con el estilo que su imagen nos vende.

Es en el modo Sport donde la Sportster S me ha enamorado y es que quizá por eso se llame sport, mucho más que por su herencia, porque ya te digo que de su linaje poco respeta, eh, ahí «su problema», bendito problema, pero que al final, por su target reduzca sus ventas.

No, no es una naked japo al uso, o una enrabiada europea sin carenado, no, es una auténtica catapulta de gran cilindrada que resulta gamberra.

La dashboard, o los marcadores se destacan de la mayoría de motos actuales al ser un display redondo, en lugar de rectangular, lo que hace que su estilo esté mejor integrado en el conjunto, una decisión muy acertada por parte de Harley Davidson.

En el panel dispone de información típica, como revoluciones, velocidad, temperatura exterior, parciales, marcha engranada, aunque no todo visible de una misma vez, si no en diferentes pantallas, y a veces con unos cuerpos de letra insuficientes, demasiado pequeños innecesariamente, porque sobran espacios.

Aunque esté en español no le han dado un buen repaso a las traducciones pues hay frases como «Estado de la bici», bici por bike, claro en la sección de diagnóstico, señores de Harley, una marca premium debe cuidar estos detalles.

El panel es a todo color, y casi redondo por completo menos en la parte inferior donde podemos ver un párpado negro con el logotipo del fabricante, a destacar que además de ser bonito es claramente visible sea cual sea el momento del día, incluso circulando con sol de espaldas, algo que en otras motos genera muchos reflejos, en esta siempre me resultó cómodo y natural leer la velocidad y el régimen de giro del motor.

No llegué a probar su conectividad Bluetooth ni su sistema de navegación punto a punto pero de entrada ya no me gustó que no pudieses elegir con qué navegar, es decir, si lo haces con Here Maps, Navmii, Google Maps, Apple Maps, Waze o cualquier otro, aquí debes navegar con la App de Harley, y yo que soy muy tonto con mi privacidad, pues no me moló.

Consumos bien, autonomía mal

Los consumos son controlados para tratarse de toda una 1250 cc con 122 cv, con unos 4,5 litros pude recorrer unos 100-110 Km con ratos de relax, circulando por sinuosas curvas en 5 y 6 a golpe de par y en otras más enfrascado con el cambio en 2 y 3 a gas. También entrando y saliendo de la ciudad, lo que no quita recorrer menos de 15 km entre coches y con paradas en semáforos.

La autonomía, no obstante, es escasa, con sus 11,7 litros de depósito no pasaremos de los 200 Km, inclusive entraremos con frecuencia en modo estrés cuando bajemos de los 50 Km y un aviso ineludible que ocupará la mitad de su pequeña pantalla nos alerte conforme vamos bajos de combustible.

Hablando del depósito, tiene una franja central en color negro que es de plástico, lo que hace que pierda ese punto tan premium que destila el resto de la moto y que te esperas de una Harley de casi 20.000 euros, lástima que no sea metálico o disimuladamente plástico metalizado, porque le hace perder algunos enteros a un pack tan bonito y bien conformado.

Accesorios y piezas para la Harley Davidson

Claro que esto de lo reducido de su depósito, pues bueno, aquí uno piensa, es una Harley, me la pido con un depósito más grande, aunque me pidan 600 pavos extra y problema solucionado, pero no, a pesar de que las HD destacan por ello, por ese enorme catálogo de piezas que existen para ellas, no ofrece para este modelo, que recordemos que está en España desde el 2021, un depósito decente.

Quizá el denominado mercado aftermarket nos pueda ofrecer cosas interesantes.

Esto me da que pensar sobre las ventas reales de esta bella máquina, quizá por su condición, por su precio y por algunas decisiones, no consiga despegar tanto como para ofrecer un catálogo realmente funcional sobre el producto, retros, escapes, sillines, están muy bien, pero un depósito de menos de 12 litros para un motor de 122 cv, demasiado justo.

Moto con actitud no muy rutera

La posición de conducción no es forzada, aunque vas con los brazos más abiertos de lo que se acostumbra en una deportiva, digamos que resulta más algo un poco trail, pero con el manillar a una menor altura, la altura con el suelo es de sólo 750mm y su asiento no es muy ancho, lo que permite llegar prácticamente a cualquier estatura con ambos pies al suelo.

El mullido del asiento no está mal, compensa un poco la dureza de las suspensiones para aquellos que tenemos ya más momentos de ir de relax que de ir al ataque, tampoco ayuda la inexistente protección aerodinámica y la posición típica custom, con los pies tan hacia adelante.

No tiene compartimento alguno para guardar nada, ni tan siquiera una parrila trasera donde colocar una mochila con unos pulpos o cinchas, algunos pensará en añadirle alforjas de cuero, puede que le gusten a algunos, pero a mi personalmente no, y un topcase, como que tampoco en este estilo de muscle bike.

Al final del día y en resumen no encontré esta Sportster como una moto ideal para hacer grandes rutas, y tampoco lo esperaba, aunque sí que me esperaba una moto para radios de acción de más de 200 Km entre ida y vuelta, algo que no creo que sea así a menos que estés muy en forma física, su respuesta ante las carreteras bacheadas es dura con tu trasero, lo que te hará recibir impactos en la espalda, su par es duro con tus brazos si abres gas con contundencia, y su escasa autonomía te supone además parar no menos de tres veces a respostar si te alargas más allá de los 400 Km en un único día.

Para recorridos de ida y vuelta de 100 a 150 Km sí que veo a esta moto, para adentrarse en la ciudad pues bueno, si no es en verano que calculo yo que el calor que percibirás será alto, te vale, aunque ya te digo que la ciudad no es su hábitat, le gusta respirar más allá de esas 3.000 rpm. y eso con 127 Nm de par, no es fácil en ciudad.

Estética custom y muscle bike

Por otro lado, y quizá para mí lo más importante de esta impresionante moto, es su estética, donde sin ser una auténtica rompecuellos, quizá más por el hecho de que llevamos con el mismo «dibujo», ya desde 2021, llama bastante la atención, lo comprobé tras entrar en ciudad donde más de un usuario de moto se la quedó admirando en los semáforos, alguno más que embobado por ver un amor a primera vista.

Foco delantero e intermitentes

Su bella óptica delantera, sus intermentes redondos, las tapas de sus cilindros, los aletines de refrigeración de los mismos, todo en ella consigue un gran equilibrio, si me apuras, reduciría su enorme bufanda y bajaría las dos salidas traseras, que si bien refuerzan su estilo, a medio camino entre una bobber y una flat track, no son prácticas además de que ocultan en exceso un bellésimo acabado de motor que de no quedar seccionado por los colectores, unidos en esa ancha bufanda lateral que atraviesa la moto a media altura, luciría en su conjunto mucho más espectacular con esa sabia combinación de colores mates y detalles brillantes.

Realmente son pocas las cosas que me frenan en su compra, además de la económica, ese único disco delantero, y es que me imagino lo bien que le sentaría en el plano estético además de en el funcional, asú como un tubo menos «flat-track» que fuese capaz de dejar ver esa bonita V de forma total, una bufanda que recorriese otro camino, e incluso que bajase algo sus salidas, porque amigo, a mi me gusta y con paquete, y a mi paquete no creo que le guste volver a tener unos escapes tan pegados al culo después de haber probado otras soluciones que en verano alejan las fuentes de calor de los muslos.

Cada vez que admiro las fotos que hice, porque ya no sólo las miro, repaso mentalmente lo que me falta en el banco para poder hacer la paga y señal, y sigo haciendo números mientras me imagino a mí mismo, bajar hasta el garaje y ver esta bella y a la par musculosa moto en mi garaje.

Preciosa a rabiar.

Otras cosas

En el concesionario donde la probé tan sólo tenían una unidad de este modelo, el destinado a Test Ride, además estaba baja de batería hasta el punto de no arrancar, lo que me hace pensar que ni tiene mucha demanda comercial, ni la está solicitando mucho para pruebas, claro que tiene ya tres años en catálogo, pero vaya, síntomas claros de que quizñá no está teniendo el éxito comercial que realmente se merece.

Es fácil llegar a estas conclusiones por caminos bien simples, es una Harley poco Harley, pues ni vibra, ni suena desacompasada, ni suena en exceso, además corre, se sujeta y resulta en una moto totalmente adecuada para un cliente que no es un harlista, y ahí es que donde encuentre su principal problema, los clientes habituales de la marca, aquellos puristas, muchas veces más de boquilla que de conocimiento, que todavían sueñan en estricto blanco y negro y que dicen aprecian más un maloiente e ineficaz carburador que un refinado sistema de inyección, más eficaz, limpio y potente, que vean a la pequeñita de la casa como una infiltrada en su catálogo, lejos de ser una Lime Wire, la cual no puede engañar a nadie, esta Sportster S, sí que puede, e incluso atraer clientes más allá de los chalecos de piel negra. Se nos acaban los clientes y se nos acaban los días, eso pensará Harley, esta moto convence y deberían apostar más por ella.